NOVENA A LA VIRGEN DE LA MEDALLA MILAGROSA
Día 24, DÍA 6º DE LA NOVENA
ORACIÓN
PREPARATORIA
Virgen y Madre Inmaculada, míranos
con ojos misericordiosos, somos tus hijos que vienen a ti, llenos de confianza
y amor, a implorar tu maternal protección, y a darte gracias por el gran don
celestial de tu bendita Medalla Milagrosa. Creemos y esperamos en tu Medalla,
Madre nuestra del cielo, y la amamos con todo nuestro corazón, y tenemos la
plena seguridad de que seremos atendidos en todas nuestras plegarias. Por
Cristo Nuestro Señor. Amén.
AMBIENTACIÓN PARA ESTE DÍA:
Como marco de gloria aureolando a
la Virgen, vio sor Catalina aparecer unas letras de oro que decían: "¡Oh
María, sin pecado concebida, ruega por nosotros que recurrimos a ti!". Y
enseguida oyó una voz que recomendaba llevar la medalla y repetir a menudo
aquella oración-jaculatoria, y prometía gracias especiales a los que así lo
hicieran. ¿Dejaremos nosotros de hacerlo? Sería imperdonable dejar de utilizar
un medio tan fácil de aseguramos en todo momento el favor de la Santísima
Virgen.
REFLEXIÓN PARA EL DÍA
SEXTO:[Le.2, 51.
«Al verlo, se
quedaron desconcertados, y su madre le dijo: Hijo, ¿por qué nos has hecho esto?
Mira que In padre y yo te buscábamos angustiados. El replicó: ¿Por qué me
buscabais? ¿No sabíais que yo debo estar en las cosas de mi Padre? ... Su madre
guardaba todas estas cosas en su corazón» [Lc 2, 48-49. 511.
Hoy muchas mujeres
experimentan el miedo a ser madres y quienes ya lo son sienten las dificultados
de serlo. Ser madre es una realidad extraordinaria y, a la vez, requiere un
lento proceso de aprendizaje. María también aprendió a ser madre. Así podernos
intuirlo cuando Jesús a propósito se perdió en Jerusalén y en los años de su
vida oculta en Nazaret. El evangelio comenta «iba creciendo en sabiduría, en
estatura y en gracia ante Dios y los hombres» [Lc 2, 521.
Sorprendida por su
hijo adolescente, María creció como madre en la fiesta de Pascua en Jerusalén.
Allí aprende que su hijo ha dejado de ser un niño, que se atreve a caminar
solo, que desaparece en la gran ciudad, que no está donde debiera, que pasa
noches sin que ella sepa donde, que crea su propio círculo al margen de la
familia. María conservaba todo esto en su corazón: lo masticaba por dentro,
hablaría con José y lo iría aceptando en su tarea de ser madre.
SÚPLICAS A LA VIRGEN DE LA MEDALLA MILAGROSA:
Pidamos con fe y confianza las gracias que deseemos alcanzar de María en
este día de su novena
OH MARÍA SIN
PECADO CONCEIDA:
ACORDAOS,
¡OH PIADOSÍSIMA VIRGEN MARÍA!
Acordaos, ¡oh
piadosísima Virgen María!, que jamás se ha oído decir que ninguno de los que
han acudido a vuestra protección, implorando vuestro socorro, haya sido
desamparado de Vos. Animado por esta confianza, a Vos también acudo, oh Madre,
Virgen de las vírgenes, y aunque gimiendo bajo el peso de mis pecados me atrevo
a comparecer ante vuestra presencia soberana. Oh madre de Dios, no desechéis
mis súplicas, antes bien, escuchadlas y acogedlas benignamente. Amén.

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