viernes, 21 de noviembre de 2025

Novena de la Medalla Milagrosa

 

NOVENA A LA VIRGEN DE LA MEDALLA MILAGROSA

Día 22, DÍA 4º DE LA NOVENA:




ORACIÓN PREPARATORIA

Virgen y Madre Inmaculada, míranos con ojos misericordiosos, somos tus hijos que vienen a ti, llenos de confianza y amor, a implorar tu maternal protección, y a darte gracias por el gran don celestial de tu bendita Medalla Milagrosa. Creemos y esperamos en tu Medalla, Madre nuestra del cielo, y la amamos con todo nuestro corazón, y tenemos la plena seguridad de que seremos atendidos en todas nuestras plegarias. Por Cristo Nuestro Señor. Amén.

AMBIENTACIÓN PARA ESTE DÍA: 

En la tarde del 27 de noviembre de 1830, baja otra vez del cielo la Santísima Virgen para manifestarse a santa Catalina Labouré. De pie entre resplandores de gloria, tiene en sus manos una pequeña esfera y aparece en actitud como de profunda oración. Después, sin dejar de apretar la esfera contra su pecho, mira a sor Catalina para decirle: "Esta esfera representa al mundo entero…, y a cada persona en particular". Como el hijo pequeño en brazos de su madre, así estamos nosotros en el regazo de María, muy junto a su Corazón Inmaculado. ¿Podría encontrarse un sitio más seguro?

REFLEXIÓNPARA EL DÍA CUARTO: Lc.1,42.

«Mira, concebirás y darás a luz un hijo, a quien llamarás Jesús. Será grande, llevará el título de Hijo del Altísimo... ¿Cómo sucederá eso si no convivo con un varón? El ángel le respondió: – El Espíritu Santo vendrá 4 sobre ti y el poder del Altísimo te hará sombra; por eso el consagrado que nazca llevará el título de Hijo de Dios» [Lc 1, 31-32. 34-35].

La joven nazarena, María, quedó embarazada por la intervención mis­teriosa de Dios y de su Espíritu Santo. Deposada ya con José esperaba que las cosas hubieran ido de otra manera, pero Dios la ponía en una si­tuación complicada y, por poco tiempo, secreta.

A medida que su embarazo cumplía días, su prometido José cayó en la cuenta de lo sucedido. Para él y para María esta situación provocaría una crisis en su relación. ¿Cómo era posible que su prometida y desposada María estuviera embarazada? Seguramente hablaron, se interpelaron con preguntas incómodas y, a su modo, se dieron y pidieron explicaciones, que no resultarían convincentes. En estas estaba José, cuando arrebatado de amor por María y también lleno de confusión, decidió abandonarla, pero sin acusarla de infidelidad. Pero entonces, el mismo Ángel de Dios también quiso tocar de modo misterioso la vida de José: «No tengas reparo en acoger a María como esposa tuya, pues lo concebido es obra del Espíritu Santo» [Mt 1, 20].

SÚPLICAS A LA VIRGEN DE LA MEDALLA MILAGROSA:

Pidamos con fe y confianza las gracias que deseemos alcanzar de María en este día de su novena

OH MARÍA SIN PECADO CONCEIDA:

 

Rezar tres Avemarías con la jaculatoria: OH MARÍA, SIN PECADO CONCEBIDA, RUEGA POR NOSOTROS QUE RECURRIMOS A VOS.

 

ACORDAOS, ¡OH PIADOSÍSIMA VIRGEN MARÍA!

Acordaos, ¡oh piadosísima Virgen María!, que jamás se ha oído decir que ninguno de los que han acudido a vuestra protección, implorando vuestro socorro, haya sido desamparado de Vos. Animado por esta confianza, a Vos también acudo, oh Madre, Virgen de las vírgenes, y aunque gimiendo bajo el peso de mis pecados me atrevo a comparecer ante vuestra presencia soberana. Oh madre de Dios, no desechéis mis súplicas, antes bien, escuchadlas y acogedlas benignamente. Amén.

 

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