lunes, 28 de junio de 2021

Colegio de Nuestra Señora de los Infantes

 

La Escolanía de Nuestra Señora de los Infantes de Toledo  

visita la Catedral de Ourense

28 - VI - 2021














Concierto S. I. Catedral

 

Orquestra de Cámara Galega

Sempre que o permita o tempo, reanudamos os Concertos

na  S. I. Catedral



Con permiso do covid 19

sábado, 26 de junio de 2021

miércoles, 23 de junio de 2021

Fiesta de la Dedicación de la S. I. Catedral de Ourense

 

Aniversario de la dedicación de la S. I. Catedral

Oración de Consagración

23 – VI - 2021



 Oh Dios, santificador y guía de tu Iglesia, celebramos tu nombre con alabanzas jubilosas, porque en este día tu pueblo quiere dedicarte, para siempre, con rito solemne, esta casa de oración, en la cual te honra con amor, se instruye con tu palabra y se alimenta con tus sacramentos.

 


Este edificio hace vislumbrar el misterio de la Iglesia, a la que Cristo santificó con su sangre, para presentarla ante sí como Esposa llena de gloria, como Virgen excelsa por la integridad de la fe, y Madre fecunda por el poder del Espíritu.

 


Es la Iglesia santa, la viña elegida de Dios, cuyos sarmientos llenan el mundo entero, cuyos renuevos, adheridos al tronco, son atraídos hacia lo alto, al reino de los cielos.

 Es la Iglesia feliz, la morada de Dios con los hombres, el templo santo, construido con piedras vivas, sobre el cimiento de los Apóstoles, con Cristo Jesús como suprema piedra angular.

 Es la Iglesia excelsa, la Ciudad colocada sobre la cima de la montaña, accesible a todos, y a todos patente, en la cual brilla perenne la antorcha del Cordero y resuena agradecido el cántico de los bienaventurados.



Te suplicamos, pues, Padre santo, que te dignes impregnar con santificación celestial esta iglesia y este altar, para que sean siempre lugar santo y una mesa siempre lista para el sacrificio de Cristo.

 Que en este lugar el torrente de tu gracia lave las manchas de los hombres, para que tus hijos, Padre, muertos al pecado, renazcan a la vida nueva.

 Que tus fieles, reunidos junto a este altar, celebren el memorial de la Pascua y se fortalezcan con la palabra y el cuerpo de Cristo.


 
Que resuene aquí la alabanza jubilosa que armoniza las voces de los ángeles y de los hombres, plegaria por la salvación del mundo.

 Que los pobres encuentren aquí misericordia, los oprimidos alcancen la verdadera libertad, y todos los hombres sientan la dignidad de ser hijos tuyos, hasta que lleguen, gozosos, a la Jerusalén celestial.

 Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo y es Dios, por los siglos de los siglos. Amén (Rito de dedicación).

domingo, 13 de junio de 2021

San Antonio de Padua, nacido en Lisboa

 

Domingo IX del tiempo ordinario. B.

San Antonio de Padua, nado en Lisboa

Día 13 de juniod de 2021


Penso que é bo engadir o dato da seu nacemento, pois axúdanos a evitar malos entendidos entre aqueles que matinan en que san Antonio é portugués e non italiano, anque sexa paduano. San Antonio é un dos santos máis venerados no mundo católico. Iso débese a unidade de acción apostólica da orde franciscana, á que aproveitamos para felicitala.



De san Antonio dinse moitas cousas; algúns afirman que é mentirán, por aquilo de que “san Antonio verdadeiro, 17 de xaneiro; san Antonio mentirán, 13 de san Xoán”. Mentirán, pois é nado en Lisboa, o seu nome de pía era Fernando e foi monxe agustiño antes que frade franciscano. Outros afirman que foi un grande orador: ata os peixes viñan a escoitalo nas ribeiras do mar e dos ríos. O certo é que falaba con tal convicción e con tal testemuña da súa vida que ata san Francisco e os responsables da orde franciscana pedían a súa palabra clarificadora en momentos de transcendencia.  É coñecido como o doutor evanxélico. San Antonio, frade mendicante, nunca deixou de pedir a os máis ricos para remediar a os máis pobres. O pobo crente, cando fala de san Antonio, acórdanse do “pan dos pobres”. En moitas igrexas, os petos de san Antonio están a rebordar de esmolas en beneficio dos máis pobres e necesitados, e máis que nunca nestes días de pandemia. Na cidade de Ourense a imaxe de santo Antonio na praza do mesmo nome recibe abundantes esmolas  que van a parar ao Asilo de Anciáns, sempre e cando non se quedan nas mans de algún aproveitado, capaz de desvalixar o seu peto. E de san Antonio tamén se di que é moi aproveitado, pois quere esmola por axudarnos a encontrar o perdido.

De todo isto temos que sacar algunha lección para ás nosas vidas: os sacerdotes e os ministros da Palabra temos a obriga de esforzarnos en transmitir nítida a mensaxe da Boa Nova con convicción e testemuño de vida. A acción caritativa e social nunca pode faltar nas celebracións cristiás, sobre todo na Eucaristía; en comuñón co Noso Señor Eucaristía, vivimos a unidade e a solidariedade con todos, de xeito especial cos que mailo precisan. E non podemos esquecer o compromiso de evanxelización co mundo no que vivimos; fai tempo que en Ourense tiña unha gran vitalidade o movemento xuvenil “Juventud Antoniana”. Algúns dos que me están lendo, recórdano con ledicia e tamén con certa saudade. O deporte, a catequese, o ocio e divertimento, formaban parte dos seu programa, xunto cas campañas solidarias. Os frades franciscanos evanxelizaban sempre co exemplo de algúns dos seus santos. Hoxe tamén temos que ofrecer modelos de vida.

sábado, 12 de junio de 2021

Nuevo Diácono para Ourense

 

ORDENACIÓN DEL DIÁCONO BENJAMÍN ALEXANDER MORENO CASTAÑO DEL SEMINARIO REDEMPTORIS MATER 

S. I. Catedral de Ourense

12 – VI - 2021

 


El elegido para el diaconado se acerca al obispo y se arrodilla ante él. El obispo le impone las manos sobre la cabeza en silencio. Arrodillado el elegido ante el obispo, este, con las manos ex­tendidas, dice la oración de consagración:

Escúchanos, Dios todopoderoso, que distribuyes las responsabilidades, repartes los ministerios y señalas a cada uno su propio oficio; inmutable en ti mismo, todo lo renuevas y ordenas y con tu eterna provi­dencia lo tienes todo previsto y concedes en cada momento lo que conviene por Jesucristo, tu Hijo y Señor nuestro, que es tu Palabra, tu Sabiduría y tú Fuerza.

Tú haces crecer a la Iglesia, Cuerpo de Cristo, y, enriquecida con dones diversos, hermosamente cons­truida con miembros distintos y unificada mediante admirable estructura, la edificas como templo de tu gloria.

Así estableciste, Señor, que hubiera tres órdenes de ministros para tu servicio, del mismo modo que en la Antigua Alianza habías elegido a los hijos de Leví para que sirvieran al templo, y, como herencia, poseyeran una bendición eterna.

Así también, en los comienzos de la Iglesia, los Após­toles de tu Hijo, movidos por el Espíritu Santo, eligieron, como auxiliares suyos en el servicio cotidiano, a siete varones, tenidos por fieles testigos del Señor, a quienes, mediante la oración e imposición de manos, dedicaron al servicio, de los pobres, para poderse entregar ellos con mayor empeño a la oración y al servicio, de la palabra.

Te pedimos, pues, Señor, que mires también con bondad a éstos, tus siervos, que por mi oración consagro para el orden del diaconado y el servicio del altar.

 

Envía sobre ellos, Señor, el Espíritu Santo, para que, fortalecidos con tu gracia de los siete dones, desempeñen con fidelidad su ministerio.

Resplandezcan en su vida todas las virtudes: el amor sincero, la solicitud por los enfermos y los pobres, la autoridad moderada, la pureza sin tacha y un vivir siempre según el Espíritu; que tus mandamientos, Se­ñor, se vean reflejados en su vida, y que, el ejemplo de su castidad suscite la imitación del pueblo santo; que sostenidos por el testimonio. de su buena conciencia, perseveren firmes y constantes en Cristo, de forma que, imitando en la tierra a tu Hijo, que no vino a ser servido, sino a servir, merezcan reinar con él en el cielo.

Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo y es Dios por los siglos de los siglos. Amén.

 

Acabada la oración de consagración, el obispo se sienta con la mitra puesta. El ordenado se levanta y algunos diáconos o pres­bíteros imponen al ordenado la estola según el modo diaconal y lo revisten con la dalmática. El ordenado, con las vestiduras diaconales, se acerca al obispo, que entrega a cada uno el libro de los Evangelios, diciendo:

Recibe el Evangelio de Cristo, del cual has sido constituido mensajero; convierte en fe viva lo que lees, y lo que has hecho fe viva enséñalo, y cumple aquello que has enseñado (Ritual de Ordenaciones).