martes, 30 de noviembre de 2021

Novena a la Purísima

 

VIRGEN INMACULADA

Novena breve



Ambientación histórico – artística:

 La Inmaculada Concepción es un dogma de la Iglesia católica definido en el año 1854. Afirma que la Virgen María estuvo libre del pecado original desde el primer momento de su concepción en virtud de los méritos de su hijo Jesucristo. Pero, una vez más, el pueblo de Dios se anticipó a sus pastores distinguiendo a María con la advocación de la Inmaculada Concepción. En la Catedral de Ourense, en el año 1658, se encargó el primer retablo de la Inmaculada a Mateo de Prado, que se colocaría en la capilla central de la girola. De este retablo solo se conserva, maltrecha, una imagen en el museo catedralicio. En 1778, el Deán Antonio Francisco Salgado renovó el retablo y encargó una nueva imagen, una interesante talla de la escuela madrileña, atribuida con acierto al gran escultor Luis Salvador Carmona. La capilla de la Inmaculada se viste de azul y rosas para su novena y solemnidad, día ocho de diciembre. En el Museo de la Catedral se conserva también otra delicada imagen que, siguiendo los modelos de Gregorio Fernández, realizó Mateo de Prado para la hornacina alta del retablo de la Conversión de San Pablo. En la Sacristía estuvo, hoy en Santa María Madre, un magnífico cuadro de la Inmaculada firmado por el pintor madrileño Antonio Castrejón, siglo XVII. Por lo que se ve que la devoción a la Inmaculada Concepción estuvo, desde tiempo inmemorial, muy presente en la Catedral. Su fiesta se celebra el día 8 de diciembre.



 Himno mariano de la fiesta de la Purísima]:

 

Pureza inmaculada,
espejo del Señor,
¡oh fuente de la gracia,
unida al redentor!

Belleza sin mancilla,
encanto virginal,
tú eres la alegría,
la gloria del mortal.

¡Oh vara florecida
del tronco de Jesé!,
en gracia concebida,
¡oh gloria de Israel!

Dichosa por los siglos
los pueblos te dirán:
tú fuiste del Dios vivo
la aurora celestial. Amén.

 

Texto Bíblico: Lc. 1, 26 – 28:

En el mes sexto, el ángel Gabriel fue enviado por Dios a una ciudad de Galilea llamada Nazaret, a una virgen desposada con un hombre llamado José, de la casa de David; el nombre de la virgen era María. El ángel, entrando en su presencia, dijo: «Alégrate, llena de gracia, el Señor está contigo».

Comentario a la Palabra de Dios:

Felices los de corazón limpio, porque ellos verán a Dios (Mt. 5, 8). La alegría de María, tal como se lo explica el arcángel San Gabriel, brota de su plenitud de gracia, de la presencia de Dios en su corazón. El papa Francisco, en su exhortación apostólica Gaudete et Exultate (Alegraos y Regocijaos) en la que nos invita a ser santos, nos pide alegría y regocijo, desde un corazón limpio, puro, sencillo, sin suciedad  ¿Por qué motivo? Porque del corazón nace lo que contamina al hombre (cf. 15,18), porque de allí proceden los asesinatos, el robo, los falsos testimonios, y demás cosas (cf. 15,19)

 


Oración de los fieles:

Oremos al Señor nuestro Dios, que eligió a María con vo­cación singular, bendita entre todas las mujeres.

·       Por la Iglesia universal: para que viva sin mancha ni arruga ni nada seme­jante, avanzando por el camino de la santidad. Roguemos al Señor.

·       Por los jóvenes y adolescentes: para que sigan, como María, la virtud de la pureza y vivan siempre alegres en el amor a Dios y al prójimo. Roguemos al Señor.

·       Por los enfermos y cuantos sufren en este valle de lágrimas: para que en­cuentren siempre en María el consuelo y la gracia que necesitan. Roguemos al Señor.

·       Por cuantos estamos aquí, celebrando con gozo el triunfo de Cristo en María: para que, como ella, seamos santos e irreprensibles por el amor. Roguemos al Señor.

Padre nuestro, Avemaría y gloria al Padre…

Oración final:

Te pedimos, Señor, que la Concepción Inmaculada de María, que hoy celebramos, sea fuente de bendición para todos. Por Jesucristo nuestro Señor.


sábado, 27 de noviembre de 2021

Tiempo Litúrgico de Adviento

 

TIEMPO DE ADVIENTO

 

Introducción al tiempo de Adviento

 


El Adviento es tiempo de espera, de conversión, de esperanza: espera-memoria de la primera y humilde venida del Salvador en nuestra carne mortal; espera-súplica de la última y gloriosa venida de Cristo, Señor de la historia y Juez universal; conversión, a la cual invita con frecuencia la Liturgia de este tiempo, mediante la voz de los profetas y sobre todo de Juan Bautista: «Convertíos, porque está cerca el reino de los cielos» (Mt 3, 2); y esperanza gozosa de que la salvación ya realizada por Cristo (cf. Rom 8, 24-25) y las realidades de la gracia ya presentes en el mundo lleguen a su madurez y plenitud, por lo que la promesa se convertirá en posesión, la fe en visión y «nosotros seremos semejantes a Él porque le veremos tal cual es» (1 ]n 3, 2).(Cfr. Directorio sobre la Piedad popular y la Liturgia (o. 96)

 

La corona de adviento

 


La corona de adviento es un símbolo de que la luz y la vida triunfarán sobre las tinieblas y la muerte, porque el Hijo de Dios se ha hecho hombre y nos ha dado la verdadera vida. Al encender, semana tras semana, los cuatro cirios de la corona de Adviento significamos nuestra gradual preparación para recibir la luz de la Navidad. Por eso, en el primer domingo de adviento, bendecimos esta corona y encendemos su primer cirio con una oración, que rezuma alegría y gozosa esperanza: “La tierra, Señor, se alegra en estos días, y tu Iglesia desborda de gozo ante tu Hijo, el Señor, que se avecina como luz esplendorosa, para iluminar a los que yacemos en las tinieblas de la ignorancia, del dolor y del pecado. Lleno de esperanza en su venida tu pueblo ha preparado esta corona con ramos del bosque y la ha adornado con luces. Ahora te pedimos, Señor, que nos ilumines con el esplendor de aquel que, por ser la luz del mundo, iluminará toda oscuridad”.

Litúrgica y pastoralmente no estaría mal que en la misa principal se procediese a la recuperación del rito bautismal de la bendición del agua con la aspersión, invitando a la reconciliación y a la conversión al Evangelio.

 

El árbol de Navidad

 



Desde tiempos inmemoriales se ha visto en los árboles algo sagrado, referente a la divinidad (fertilidad, regeneración, primavera...). El cristianismo transformó las costumbres nórdicas paganas de venerar las encinas como sagradas. Ante la imposibilidad de erradicar tales creencias, las asumió cambiándoles el sentido. Cuenta la leyenda que en el siglo VIII había un roble consagrado al dios Thor en la región de Hesse, en el centro de Alemania. Cada año, durante el solsticio de invierno, se le ofrecía un sacrificio. El misionero Bonifacio taló el árbol ante la mirada atónita de los lugareños y, tras leer el Evangelio, les ofreció un abeto; un árbol que "representa la vida eterna porque sus hojas son perennes y porque su copa señala al cielo”.

 

La Estrella de Belén


Elementos del árbol de Navidad: la estrella, colocada generalmente en la punta del árbol, representa la fe que debe guiar la vida del cristiano, recordando a la Estrella de Belén; las bolitas que adornan el árbol simbolizan los dones de Dios a la humanidad; las cinas de colores representan la unión de las familias y de las personas queridas, dando y recibiendo “aguinaldos”; las luces, en un principio velas, representan a Cristo, luz del mundo.

Pastoralmente el árbol de Navidad puede instalarse en las plazas, delante de los templos o en las casas en los primeros días del Adviento, tal como se hace en la plaza de san Pedro en Roma. Es un reclamo que nos coloca en actitud de esperanza activa prenavideña.

 Vigilia de Adviento: galería:

















viernes, 19 de noviembre de 2021

Novena de la Medalla Milagrosa

 NOVENA BREVE DE LA MEDALLA MILAGROSA

Del 19 al 27 DE NOVIEMBRE DEL 2021


IGLESIA DE SANTA MARÍA MADRE

A LAS 18.00

SANTO ROSARIO, NOVENA Y SANTA MISA


 EN LA CATEDRAL NOVENA AL FINAL DE CADA EUCARISTÍA

 

En una medianoche iluminada con luz celeste como de Nochebuena - la del 18 de julio de 1830 – se apareció por primera vez la Virgen Santísima a Santa Catalina Labouré, Hija de la Caridad de San Vicente de Paúl. Y le habló a la santa de las desgracias y calamidades del mundo con tanta pena y compasión que se le anudaba la voz en la garganta y le saltaban las lágrimas de los ojos. ¡Cómo nos ama nuestra Madre del Cielo! ¡Cómo siente las penas de cada uno de sus hijos! Que tú recuerdo y tu medalla, Virgen Milagrosa, sean alivio y consuelo de todos los que lloran.

 

Temario: 1º. La medalla de la Virgen Milagrosa, alivio y consuelo de todos los que sufren y lloran. 2º. Jesús y María, luz, fortaleza y guía de nuestra vida. 3º. Auxilio de los cristianos, rogad por nosotros. 4º. Como el hijo pequeño en brazos de su madre, así estamos nosotros en el regazo de María. 5º. María, medianera de todas las gracias. 6º. ¡Oh María, sin pecado concebida, rogad por nosotros que recurrimos a Vos! 7º. Acudamos siempre a buscar protección en María. 8º. María de los Milagros a favor de los pecadores. 9º.  El cristiano que ama a la Virgen tiene que salvarse.


 PETICIÓN: Pidamos al Señor, por intercesión de la Virgen de la Medalla Milagrosa, la gracia que deseamos alcanzar en esta novena.

 OH MARÍA SIN PECADO CONCEBIDA Y TRES AVES MARÍAS.

ORACIÓN:

Acordaos, ¡oh piadosísima Virgen María!, que jamás se ha oído decir que ninguno de los que han acudido a vuestra protección, implorando vuestro auxilio, haya sido desamparado. Animado por esta confianza, a Vos acudo, oh Madre, Virgen de las vírgenes, y gimiendo bajo el peso de mis pecados me atrevo a comparecer ante Vos. Oh madre de Dios, no desechéis mis súplicas, antes bien, escuchadlas y acogedlas benignamente. Amén.

JACULATORIA:

Ruega por nosotros, santa Madre de Dios.

Para que seamos dignos de alcanzar las promesas de Jesucristo, Nuestro Señor.

sábado, 13 de noviembre de 2021

Solemne celebración de la Clausura del Sínodo

 Día 13 de noviembre de 2021


Mirando al pasado y viviendo el presente, afrontamos el futuro sin desfallecer


El Nuncio del Papa en España destaca que el Sínodo diocesano es una fuente de esperanza para nuestra Iglesia


Galería de fotos:








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