Día 6 de noviembre, día 4º de la Novena
Martín se convierte al cristianismo
HIMNO DE LA NOVENA
Martín,
alma de apóstol, que aceptaste morir,
ansiando
el premio de la gloria:
vivir,
si no, por bien de tus hermanos:
alienta
nuestra fiesta en tu memoria.
Rechaza
las insidias del Maligno,
renueva
tus prodigios y favores,
el
rostro de la Iglesia purifica,
dirige
la labor de sus Pastores.
Del
caos triunfador y una y mil veces,
levanta
a los que yacen en pecado,
revístenos
de amor y de justicia,
así
como vestiste al marginado.
Redunde
en alabanza de tu gloria
un
nuevo florecer de vocaciones.
Infúndenos
la fe que profesaste,
vertida
en pensamientos y en acciones. Amén.
Tema: Martín se convierte al cristianismo. "Hasta ahora te he servido como
soldado. Déjame de ahora en adelante servir a Jesucristo propagando su santa
religión"
Martín se educa en Pavía, en el norte de
Milán, y acompaña a sus condiscípulos y amigos que frecuentan las catequesis en
el catecumenado, preparándose para recibir los sacramentos de la iniciación
cristiana. Sus padres no son favorables a tales aficiones de Martín, pero
tampoco se oponen. El bienestar reinaba en el hogar de Martín, sus padres
tenían buena posición social, lo religioso no les preocupaba grandemente. Y,
Martín, dejándose guiar por sus compañeros, encuentra en el ambiente de amistad
y búsqueda juvenil, a Jesús de Nazaret, el único que puede dar sentido a toda
una vida. ¡Qué bueno sería que la familia viviera comprometida en la trasmisión
de la vida corporal y en la transmisión de la vida espiritual a los hijos! La
familia, como transmisora de la fe, debe tener un apartado especial en la
pastoral de la Iglesia diocesana.
Hechos 2: 42. 44.
“Eran
constantes en escuchar la enseñanza de los apóstoles, en la vida común, en la
fracción del pan y en las oraciones… Los creyentes vivían todos unidos y lo
tenían todo en común”.
Contemplamos:
Generalmente las familias se esmeran en la preparación de sus hijos para un
futuro profesional. La fe por desgracia ocupa poco espacio en sus
preocupaciones. Hoy nos acostumbramos a ver como muchos abandonan la práctica
religiosa y se alejan de la Iglesia. Nos duele sobre todo la juventud que se
nos va. Comprendemos que lo de siempre no sirve pastoralmente hablando. Pero
comprobamos también cómo el Espíritu rejuvenece a la Iglesia con nuevos
movimientos, nuevos grupos, nuevas asociaciones. Con su fuera y nuestro
testimonio podemos crear un nuevo estilo de vida.
“Señor, que compartiste en todo nuestra condición humana menos el pecado y
anunciaste la salvación a los pobres, la liberación a los oprimidos y a los
afligidos el consuelo”, concédenos por intercesión de San Martín de Tours la
gracia de convertirnos y creer en el Evangelio. Te lo pedimos a ti que vives y
reinas por los siglos de los siglos. Amén. (Cfr. Misal Romano, Plegaria
Eucarística IV).

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