Séptimo día de novena
Pintura en el cielo de la sala capitular. |
Nuestra
sociedad mira a la muerte como la mayor desgracia, teniendo en cuenta que es el
fin de la vida terrena, y, para los que no creen
en el más allá, el fin de todo
tipo de vida. De ahí que, a pesar de las limitaciones que tenga
uno al hacerse viejo, es muy común el deseo de continuar viviendo, a pesar del
aumento de las incapacidades e incluso de los
dolores.
San Martín aclamado como Obispo de Tours. |
Sin embargo el creyente sabe que «este mundo es
un camino, para el otro, que es morada». El Señor
nos ha creado para vivir, y deja que
nuestro cuerpo, como el grano de trigo, se pudra, para dar fruto. A lo
largo de esta vida hemos de intentar ir por
el camino del bien para alcanzar los
gozos eternos.
Con San Martín podemos invocar a la Virgen María, y pedirle que
en la hora de nuestra muerte nos presente a Jesús, «fruto bendito de su
vientre».
Intención
de este día: el más allá de la muerte lo vamos construyendo en el más acá de la
vida. Pidamos a San Martín que nos acompañen las buenas obras para la vida
eterna.
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