Sexto día de novena
En el Jerusalén de los tiempos
que siguieron a la muerte y resurrección de Cristo, la comunidad cristiana
estaba constituida más que nada por judíos que creían
que el Mesías esperado era Jesús de Nazaret. Al
agregárseles algunos griegos, San Pedro les pidió a
estos que eligieran entre ellos algunos diáconos que
atendieran a sus viudas. En Asia
Menor, San Pablo optó por dirigirse a los gentiles. Así la Iglesia fue
constituyéndose a base de «hijos de la casada» e «hijos de la desierta»:
judíos y gentiles. Unos y otros forman una unidad en Cristo.
Cúpula de la basílica de San Martín en Tours |
El pastor de una Iglesia no
puede menos que fijarse en sus ovejas y abrir
las puertas a las que todavía no le pertenecen.
Basílica de San Martín en Tours |
El
Papa Francisco anima repetidamente a los pastores a salir en busca de las
ovejas. Una expresión de su gusto, que a
menudo repite, es la de «salir hacia
las periferias existenciales».
Sería una pena que, por la dejadez de los pastores, algunas personas cuyo
corazón ha sido tocado por el Señor, se queden sin la palabra evangélica.
Intención de
este día: anunciar la Buena Nueva a los que no están dentro, a los de las
periferias. Procurar que nuestras vidas no sean obstáculo para que otros puedan
creer.
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