NOVENA AL SANTO CRISTO DE OURENSE
ILMO. MONS. LUIS MANUEL
CUÑA RAMOS
S.I. CATEDRAL-BASÍLICA DE SAN MARTÍN
25 DE ABRIL AL 3 DE
MAYO DE 2021
El mundo del sufrimiento humano
En este IV Domingo de Pascua, Domingo del Buen Pastor, comenzamos esta novena al Santo Cristo inmersos todavía en una pandemia que ha provocado tanto dolor y muerte. A Él, Pastor de nuestras almas, pedimos hoy de forma especial por las vocaciones sacerdotales, por la santidad de los sacerdotes y suplicamos la gracia para comprender, a la luz de cuanto hemos vivido estos últimos meses, el sentido último del sufrimiento humano. Nuestra guía durante estos nueve días será San Juan Pablo II, un papa también probado por el dolor que nos ayudará, con su Carta Apostólica “Salvifici Doloris” (escrita en 1984), a ir descubriendo el profundo valor del dolor humano visto desde la cruz del Redentor.
De S. Juan Pablo II: Carta
Apostólica “Salvifici doloris” 2-5. D.
Luis Manuel
El tema del sufrimiento […] es un tema universal
que acompaña al hombre […] En cierto sentido coexiste con él en el mundo y
por ello hay que volver sobre él constantemente. […] La Iglesia, que
nace del misterio de la redención en la cruz de Cristo, está obligada a
buscar el encuentro con el hombre, de modo particular en el camino de su
sufrimiento. En tal encuentro el hombre «se convierte en el camino de la
Iglesia», y es este uno de los caminos más importantes.
El sufrimiento humano suscita compasión, suscita
también respeto, y a su manera atemoriza. En efecto, en él está contenida la
grandeza de un misterio específico. Este particular respeto por todo
sufrimiento humano debe ser puesto al principio de cuanto será expuesto a
continuación desde la más profunda necesidad del corazón, y también desde el
profundo imperativo de la fe.
Puede ser que la medicina, en cuanto ciencia y a
la vez arte de curar, descubra en el vasto terreno del sufrimiento del hombre
el sector más conocido, el identificado con mayor precisión y relativamente
más compensado por los métodos del «reaccionar» (es decir, de la
terapéutica). Sin embargo, éste es sólo un sector. El hombre sufre de modos
diversos, no siempre considerados por la medicina, ni siquiera en sus más
avanzadas ramificaciones.
Aunque se puedan usar como sinónimos, hasta un
cierto punto, las palabras «sufrimiento» y «dolor», el sufrimiento físico se
da cuando de cualquier manera «duele el cuerpo», mientras que el sufrimiento
moral es «dolor del alma». La extensión y la multiformidad del sufrimiento
moral no son ciertamente menores que las del físico; pero a la vez aquel
aparece como menos identificado y menos alcanzable por la terapéutica.
“Por tu pasión
y muerte en cruz, bendito Cristo de Ourense, ampáranos en la vida y en la
muerte”. Pidamos al Santo Cristo de Ourense por nuestras intenciones y por las
intenciones de toda la Iglesia (breve silencio).
Oh Dios, que quisiste que tu amantísimo Hijo sufriese por nosotros el suplicio de la Cruz para arrojar de nosotros la tiranía del enemigo, concédenos a tus siervos, conseguir la gracia de la Resurrección. Por Cristo Nuestro Señor. Amén
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