viernes, 4 de noviembre de 2016

Solemne novena a San Martín de Tours en el 1700 aniversario de su nacimiento.

Segundo día de la novena

A veces los padres son remisos a que sus hijos den pasos adelante en el camino de la fe. Con­sideran que ya tendrán tiempo en su vida para practicar lo que entonces consideren opor­tuno. Sin embargo utilizan otro criterio en lo referente a las ciencias humanas, pues los en­vían a diario al colegio.



Deberían ser conse­cuentes en el ámbito religioso: procedería intentar que se formaran en el camino de la fe, ofreciéndoles el testimonio de su vivencia religiosa y haciendo que adquieran, como ni­ños que son, el conocimiento de Jesús ade­cuado a su edad.



Martín va de ese modo creciendo en edad, en sabiduría y en gracia, ante Dios y ante los hombres. Va adquiriendo conocimientos que interioriza, y logra así unos criterios que ha­brán de serle muy útiles en la vida. Toma conciencia de que Jesucristo pasó por la vida haciendo el bien, y que nos pide que nos ame­mos los unos a los otros, en la línea del amor con que Él nos ha amado.


Refiere Sulpicio Severo, biógrafo de Martín, que, siendo él un militar que se preparaba para el bautismo, encontró a un hombre tan pobre que no tenía con qué cubrirse. Echando mano de su espada, partió su capa en dos mi­tades, de suerte que pudo darle una al men­digo. Al día siguiente tuvo Martín una visión: contempló a Cristo, que iba vestido con la parte de la capa que Martín le había dado al mendigo.

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