Martes, 4 de agosto
Hoy recordamos a
san Juan María Vianney (1786-1859), patrono de los párrcos. En el seminario lo
querían descartar (el latín se le atragantaba), él descartó la milicia militar
(huyó dos años al bosque para no hacerla mili) para, finalmente, aceptar la
«Milicia cristiana» de ser pastor del pequeño pueblo de Ars (250 habitantes)
durante 42 años. Y el «pastor» hizo «olor a oveja»: «El sacerdote es el amor
del corazón de Jesús. Un buen pastores el mayor tesoro que el buen Dios puede
conceder a una parroquia».
Oración:
Dios de poder y
misericordia, que hiciste admirable a san Juan María Vianney, presbítero, por
su celo pastoral, concédenos por su ejemplo e intercesión, ganar para Cristo
nuevos hermanos en el amor y poder alcanzar con ellos la gloria eterna.
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