9º día de la novena al Santo Cristo de Ourense.
“Por tu pasión y tu Cruz, bendito Cristo de Ourense, ampáranos en la vida y en la muerte”
La Historia de la Salvación tiene un final feliz
La cruz del
Señor es el juicio del mundo, un juicio de misericordia. Es la elevación de la
Cruz santa y vivificante sobre el mundo. La Cruz es el signo supremo,
indeleble, que manifiesta el Señor resucitado en el Espíritu Santo. Icono de
amor del Padre que ha entregado el Hijo en el amor del Espíritu. El Hijo del
hombre debe ser ensalzado sobre la cruz, el trono de la divina gloria y de la
misericordia. Se afirma solemnemente que el que cree en la exaltación del Hijo
del hombre tiene vida eterna, ya que Dios no envió a su Hijo al mundo para
juzgar al mundo, sino para que el mundo se salve por él. La cruz levantada
permanece in altum, sobre nuestras miserias y pecados, para que el que crea en
Cristo tenga la vida eterna, participe de la vida de Dios. La cruz es preciosa
porque significa el amor gratuito de Dios, a cambio de nada, sin esperar la
respuesta de fe y de amor del mundo. La cruz es manifestación de la Trinidad:
el Padre se da en su Hijo en el amor del Espíritu Santo.
“Por tu pasión
y muerte de cruz, bendito Cristo de Ourense, ampáranos en la vida y en la
muerte”. Pidamos al Santo Cristo de Ourense por nuestras intenciones y por las
intenciones de toda la Iglesia. Momento de silencio
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