Día 3 de mayo, viernes: 9º día de la novena.
Yo soy el camino y
la verdad y la vida.
Comentario:
Como colofón de la Novena al Santo Cristo,
la Iglesia nos invita a mirar a los santos Felipe y Santiago, para dejarnos
conquistar el corazón por el amor de Jesucristo que hemos contemplado en estos
días de gracia; ese mismo amor que encendía cada día el fuego de la fe en su
corazón de apóstoles.
Del
Papa Francisco. Gaudete et exultate. 136-139.
Es verdad que hay que abrir la puerta del corazón a Jesucristo, porque él
golpea y llama (cf. Ap 3,20).
Pero a veces me pregunto si, por el aire irrespirable de nuestra
autorreferencialidad, Jesús no estará ya dentro de nosotros golpeando para que
lo dejemos salir. En el Evangelio vemos cómo Jesús «iba caminando de ciudad en
ciudad y de pueblo en pueblo, proclamando y anunciando la Buena Noticia del
reino de Dios» (Lc 8,1). Dejemos que el Señor venga a despertarnos, a pegarnos un sacudón en nuestra modorra, a liberarnos de la inercia. Dejemos que el Espíritu Santo nos haga contemplar la historia en la clave de Jesús resucitado. De ese modo la Iglesia, en lugar de estancarse, podrá seguir adelante acogiendo las sorpresas del Señor.
“Por
tu pasión y muerte en cruz, bendito Cristo de Ourense, ampáranos en la vida y
en la muerte”. Pidamos al Santo Cristo de Ourense por nuestras intenciones y
por las intenciones de toda la Iglesia (breve silencio).
Oración:
Oh
Dios, que quisiste que tu amantísimo Hijo sufriese por nosotros el suplicio de
la Cruz para arrojar de nosotros la tiranía del enemigo, concédenos a tus
siervos, conseguir la gracia de la Resurrección. Por Cristo Nuestro Señor. Amén
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