María es el arca segura en medio del
diluvio[1]
Ambientación histórico – artística:
La devoción a
la Virgen del Carmen llega a la Catedral a mediados del siglo XVIII por
devoción particular ya que no consta en los archivos catedralicios gastos de
Fábrica ni del retablo ni de la imagen. El retablo es barroco de tipología
curiosa, anónimo. La imagen de Nuestra Señora sedente con los elementos propios
de la iconografía carmelitana se ha puesto en relación con el taller del
escultor compostelano Benito Silveira. La advocación del Carmelo, plasmada en
la imagen de la Virgen del Carmen, es una de las más visitadas por los fieles
cristianos. Siempre hay alguien rezando a sus pies o trayendo ramos de flores
para adornar su retablo, situado en el lado derecho del crucero, puerta Sur,
por la plaza del Trigo. La fiesta del Carmen se celebra el día 16 de julio.
Además de la novena a la Virgen del Carmen muchos fieles devotos han recibido
la imposición del santo Escapulario, que llevan con honor colgado de su cuello.
El
barco del Carmelo reza y canta,
al hacerse a la mar del nuevo día,
y en su mástil por vela se levanta
el santo Escapulario de María.
Corre, copo de lana bien tejido.
Vete al ancho camino de las gentes.
Ilumina la noche del olvido
y recoge el cansancio de las frentes.
Toca el pecho de acero de los barcos.
Cruza el recto camino de las balas.
Sube al negro confín y abre los arcos
de la gracia divina con tus alas.
Estamos en la ruta; la esperanza
tiñéndonos los ojos va delante,
el corazón cantando lo que alcanza,
y la noche ha perdido su semblante. Amén.
al hacerse a la mar del nuevo día,
y en su mástil por vela se levanta
el santo Escapulario de María.
Corre, copo de lana bien tejido.
Vete al ancho camino de las gentes.
Ilumina la noche del olvido
y recoge el cansancio de las frentes.
Toca el pecho de acero de los barcos.
Cruza el recto camino de las balas.
Sube al negro confín y abre los arcos
de la gracia divina con tus alas.
Estamos en la ruta; la esperanza
tiñéndonos los ojos va delante,
el corazón cantando lo que alcanza,
y la noche ha perdido su semblante. Amén.
[1]
.-Francisco, homilía en la basílica de Santa María la Mayor, 28 de enero de 2018, con ocasión de la fiesta de la traslación del icono de la
Salus Populi Romani.
[2] .- Himno
tomado del oficio de Laudes de La Virgen del Carmelo, día 16 de julio.
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