Día 28 de abril, sábado: 4º día de la
novena.
Quien
me ha visto a mí ha visto al Padre.
Comentario:
Los
hechos de los Apóstoles nos hablan hoy de cómo se iba difundiendo por todas
partes la palabra del Señor. También nosotros, como iglesia de Ourense, estamos
realizando un Sínodo para ver cómo acercar la palabra del Señor a todas partes.
Queremos mostrar el rostro de Dios, que es amor, a todos; su imagen más
perfecta es la de Cristo crucificado por amor a los hombres. Empapémonos de él
y transmitámoslo a los demás
Del Papa Francisco. E.G. 37,38:
Una pastoral en clave
misionera no se obsesiona por la transmisión desarticulada de una multitud de
doctrinas que se intenta imponer a fuerza de insistencia. Cuando se asume un
objetivo pastoral y un estilo misionero, que realmente llegue a todos sin
excepciones ni exclusiones, el anuncio se concentra en lo esencial, que es lo
más bello, lo más grande, lo más atractivo y al mismo tiempo lo más necesario.
La propuesta se simplifica, sin perder por ello profundidad y verdad, y así se
vuelve más contundente y radiante.
El Evangelio invita ante todo
a responder al Dios amante que nos salva, reconociéndolo en los demás y
saliendo de nosotros mismos para buscar el bien de todos. ¡Esa invitación en
ninguna circunstancia se debe ensombrecer!
“Por tu pasión y muerte en cruz, bendito
Cristo de Ourense, ampáranos en la vida y en la muerte”. Pidamos al Santo
Cristo de Ourense por nuestras intenciones y por las intenciones de toda la
Iglesia (breve silencio).
Oración:
Oh Dios, que quisiste que tu amantísimo Hijo sufriese por
nosotros el suplicio de la Cruz para arrojar de nosotros la tiranía del
enemigo, concédenos a tus siervos, conseguir la gracia de la Resurrección. Por Cristo Nuestro Señor. Amén.
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