Reconciliación: El amor de Cristo nos apremia (cf. 2 Co 5, 14-20)
Procesión de entrada |
“En la celebración ecuménica, el hecho de
que Dios ha reconciliado consigo el mundo es motivo para celebrar. Pero esto
también tiene que incluir nuestra confesión de pecado antes de escuchar la
proclamación de la Palabra y beber del profundo pozo de la misericordia de
Dios. Solo entonces podremos dar testimonio ante el mundo de que la
reconciliación es posible”.
“El
amor de Cristo nos apremia a orar, pero también a ir más allá de nuestras
oraciones por la unidad entre los cristianos. Las Iglesias y las congregaciones
necesitan el don de la reconciliación con Dios como fuente de vida. Pero aún
más, lo necesitan para su testimonio común ante el mundo: «Te pido que todos
vivan unidos. Como tú, Padre, estás en mí y yo en ti, que también ellos estén
en nosotros. De este modo el mundo creerá que tú me has enviado» (Juan 17, 21)”.
Preside el Sr. Delegado de Ecumenismo |
Sacerdotes Concelebrando |
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