NOVENA A LA VIRGEN DE LA MEDALLA MILAGROSA
Día 21, DÍA 3º DE LA NOVENA:
ORACIÓN
PREPARATORIA
Virgen y Madre Inmaculada, míranos
con ojos misericordiosos, somos tus hijos que vienen a ti, llenos de confianza
y amor, a implorar tu maternal protección, y a darte gracias por el gran don
celestial de tu bendita Medalla Milagrosa. Creemos y esperamos en tu Medalla,
Madre nuestra del cielo, y la amamos con todo nuestro corazón, y tenemos la
plena seguridad de que seremos atendidos en todas nuestras plegarias. Por
Cristo Nuestro Señor. Amén.
AMBIENTACIÓN PARA ESTE DÍA:
En sus confidencias dijo la Virgen
Milagrosa a sor Catalina: "Acontecerán no pequeñas calamidades. El peligro
será grande. Llegará un momento en que todo se creerá perdido. Entonces yo
estaré con ustedes: tengan confianza…". Refugiémonos en esta confianza,
fuertemente apoyada en las seguridades que de su presencia y de su protección
nos da la Virgen Milagrosa. Y en las horas malas y en los trances difíciles no
cesemos de invocarla: "Auxilio de los cristianos, ruega por nosotros".
REFLEXIÓN PARA EL DÍA
TERCERO: Lc.1, 38.
«El Espíritu Santo vendrá sobre ti y el poder del
Altísimo te hará sombra: por eso el consagrado que nazca llevará el título de
Hijo de Dios... Nada es imposible para Dios. Respondió María: – Aquí tienes a
la esclava del Señor: que se cumpla en mí tu palabra» [Lc.1, 35. 37-38].
María, desde que siendo niña subió al templo, fue
aprendiendo a dar a Dios su pequeño "sí". Luego, al ir creciendo,
escuchó en la sinagoga las extraordinarias historias de sus antepasados
respondiendo "sí" a Dios y recibiendo de Él su bendición en medio de
las dificultades. La entusiasmó el "sí a Dios" de Abraham, que salió
de su tierra confiando en la promesa de Dios; la encendió el "sí a
Dios" de Moisés, que aceptó regresar a Egipto para liberar al pueblo; le
encantó el "sí a Dios" del niño Samuel, que aún no conocía al Señor.
Ella, en la estela de estos y otros "síes" benditos, movida por el
amor de su Dios sorprendente, también respondió "sí" al plan
misterioso de Dios: aquí estoy, soy toda tuya y para ti, vivo a tu disposición,
haz de mi vida lo que deseas. Soy tu sierva y servidora, cúmplase en mí tu plan
y tu voluntad.
María, intuyendo todo lo que se le venía encima en
aquel anuncio misterioso del ángel, pero llena de gran confianza dijo
"sí" a Dios. Con su "sí" acogedor comenzó a cambiar
definitiva y favorablemente la historia de su vida, de las nuestras, la
historia de la humanidad y de toda la creación.
SÚPLICAS A LA VIRGEN DE LA MEDALLA MILAGROSA:
Pidamos con fe y confianza las gracias que deseemos alcanzar de María en
este día de su novena
OH MARÍA SIN
PECADO CONCEIDA:
ACORDAOS,
¡OH PIADOSÍSIMA VIRGEN MARÍA!
Acordaos, ¡oh
piadosísima Virgen María!, que jamás se ha oído decir que ninguno de los que
han acudido a vuestra protección, implorando vuestro socorro, haya sido
desamparado de Vos. Animado por esta confianza, a Vos también acudo, oh Madre,
Virgen de las vírgenes, y aunque gimiendo bajo el peso de mis pecados me atrevo
a comparecer ante vuestra presencia soberana. Oh madre de Dios, no desechéis
mis súplicas, antes bien, escuchadlas y acogedlas benignamente. Amén.


