Día 4 de noviembre, día 2º de la novena
Martín, soldado del Imperio Romano.
Martín, alma de
apóstol, que aceptaste morir,
ansiando el premio
de la gloria:
vivir, si no, por
bien de tus hermanos:
alienta nuestra
fiesta en tu memoria.
Rechaza las
insidias del Maligno,
renueva tus
prodigios y favores,
el rostro de la
Iglesia purifica,
dirige la labor de
sus Pastores.
Del caos
triunfador una y mil veces,
levanta a los que
yacen en pecado,
revístenos de amor
y de justicia,
así como vestiste
al marginado.
Redunde en
alabanza de tu gloria
un nuevo florecer
de vocaciones.
Infúndenos la fe
que profesaste,
vertida en
pensamientos y en acciones. Amén.
Tema:
Martín soldado del Imperio romano.
“Os
doy un mandamiento nuevo: que os améis unos a otros igual que yo os he amado,
amaos también entre vosotros”.
Contemplamos:
Se nos han roto los
sostenes clásicos del amor en la sociedad actual: el matrimonio, la familia, el
hogar, la buena vecindad, la amistad verdadera. Desconfiamos los unos de los
otros. Yo y mis gustos se constituyen en norma de comportamiento. El amor auténtico
de entrega y generosidad por la persona amada no se valora. Manda la ley del
aprovechamiento. Nos falta la unión con
Dios en Cristo Jesús por el Espíritu: “permaneced en mí amor”.
Padre nuestro, que estás en el cielo…
“Señor, abre nuestros
ojos para que conozcamos las necesidades de nuestros hermanos, inspíranos las
palabras y las obras para confortar a los que están cansados y agobiados,
siguiendo el ejemplo y mandato de Cristo”. Te lo pedimos por intercesión de San
Martín, que renunció a las armas por amor, a ti que vives y reinas por los
siglos de los siglos. Amén. (Cfr. Misal Romano, Plegaria eucarística por diversas
necesidades. IV. Jesús Pasó haciendo el bien).

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