Novena solemne a san Martín de Tours, patrón de la Catedral y de la diócesis de Ourense
Del día 3 de noviembre al día 11
En todas las misas
Por la tarde, a las 19.30 con el rezo del Santo Rosario, Novena y Santa Misa.
Día 4º de la Novena
"Hasta ahora te he servido como soldado. Déjame de ahora en
adelante servir a Jesucristo propagando su santa religión"
Tema: Martín se convierte al cristianismo.
Martín se educa en Pavía, en el norte de
Milán, y acompaña a sus condiscípulos y amigos que frecuentan las catequesis en
el catecumenado, preparándose para recibir los sacramentos de la iniciación
cristiana. Sus padres no son favorables a tales aficiones de Martín, pero
tampoco se oponen. El bienestar reinaba en el hogar de Martín, sus padres
tenían buena posición social, lo religioso no les preocupaba grandemente. Y,
Martín, dejándose guiar por sus compañeros, encuentra en el ambiente de amistad
y búsqueda juvenil, a Jesús de Nazaret, el único que puede dar sentido a toda
una vida. ¡Qué bueno sería que la familia viviera comprometida en la trasmisión
de la vida corporal y en la transmisión de la vida espiritual a los hijos! La
familia, como transmisora de la fe, debe tener un apartado especial en la
pastoral de la Iglesia diocesana.
Hechos 2: 42. 44.
“Eran
constantes en escuchar la enseñanza de los apóstoles, en la vida común, en la
fracción del pan y en las oraciones… Los creyentes vivían todos unidos y lo
tenían todo en común”.
Interiorizamos la Palabra:
El Señor está presente entre los suyos y su acción salvadora hace crecer el
grupo de creyentes. La presencia de Jesús se reconoce en la oración y en la
comunidad. Aparece un nuevo estilo de vida que produce admiración y sorpresa a
los de fuera. Su signo característico es la comunión de mesa y de bienes,
compartidos según la necesidad de cada uno. Es la dirección que el Espíritu
señala a la comunidad.
Contemplamos:
Generalmente las familias se esmeran en la preparación de sus hijos para un
futuro profesional. La fe por desgracia ocupa poco espacio en sus
preocupaciones. Hoy nos acostumbramos a ver como muchos abandonan la práctica
religiosa y se alejan de la Iglesia. Nos duele sobre todo la juventud que se
nos va. Comprendemos que lo de siempre no sirve pastoralmente hablando. Pero
comprobamos también cómo el Espíritu rejuvenece a la Iglesia con nuevos
movimientos, nuevos grupos, nuevas asociaciones. Con su fuera y nuestro
testimonio podemos crear un nuevo estilo de vida.
Oramos:
“Señor, que compartiste en todo nuestra condición humana menos el pecado y
anunciaste la salvación a los pobres, la liberación a los oprimidos y a los
afligidos el consuelo”, concédenos por intercesión de San Martín de Tours la
gracia de convertirnos y creer en el Evangelio. Te lo pedimos a ti que vives y
reinas por los siglos de los siglos. Amén. (Cfr. Misal Romano, Plegaria
Eucarística IV).
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