ANIVERSARIO DE LA DEDICACIÓN DE LA
CATEDRAL BASÍLICA DE SAN MARTÍN
23 – VI – 2023.
NATURALEZA Y DIGNIDAD DEL ALTAR
Ritual de la dedicación de Iglesias y
de Altares
Cristo es el altar del nuevo
Testamento
Los antiguos Padres de la Iglesia, meditando la palabra de
Dios, no dudaron en afirmar que Cristo fue, al mismo tiempo, la víctima, el
sacerdote y el altar de su propio sacrificio
También el discípulo de Cristo es un
altar espiritual
Si Cristo, Cabeza y Maestro, es verdadero altar, también sus
miembros y discípulos son altares espirituales, en los que se ofrece a Dios el
sacrificio de una vida santa. Esto lo afirman ya los santos Padres. San Ignacio
de Antioquía suplica a los Romanos: «El mejor favor que podéis hacerme es dejar
que sea inmolado para Dios, mientras el altar está aún preparado»
El altar es la mesa del sacrificio y
del convite pascual
El Señor Jesucristo, al instituir, bajo la forma de un
banquete sacrificial, el memorial del sacrificio que iba a ofrecer al Padre en
el ara de la cruz, santificó la mesa en la cual se reunirían los fieles para
celebrar su Pascua. Así, pues, el altar es mesa de sacrificio y de convite en
la que el sacerdote, en representación de Cristo Señor, hace lo mismo que hizo
el Señor en persona y encargó a los discípulos que hicieran en conmemoración
suya.
El altar es signo de Cristo
Los hijos de la Iglesia pueden, según
las circunstancias, celebrar en cualquier lugar el memorial de Cristo y
acercarse a la mesa del Señor. Pero conviene al misterio eucarístico que los
fieles levanten un altar estable para celebrar la Cena del Señor, como se viene
haciendo desde los tiempos antiguos. El altar cristiano es, por su misma
naturaleza, la mesa peculiar del sacrificio y del convite pascual:
·
Es
el ara peculiar en la cual el sacrificio de la cruz se perpetúa
sacramentalmente para siempre hasta la venida de Cristo.
·
Es
la mesa junto a la cual se reúnen los hijos de la Iglesia para dar gracias a
Dios y recibir el cuerpo y la sangre de Cristo.
Así, pues, en todas las iglesias el
altar es el «centro de la acción de gracias que se realiza en la eucaristía», y
el lugar a cuyo rededor giran de un modo u otro las demás acciones litúrgicas.
El altar es honor de los mártires
Toda la dignidad del altar le viene
de ser la mesa del Señor. Por eso los cuerpos de los mártires no honran el
altar, sino que éste dignifica el sepulcro de los mártires. Porque, para honrar
los cuerpos de los mártires y de otros santos y para significar que el
sacrificio de los miembros tuvo principio en el sacrificio de la Cabeza, conviene
edificar el altar sobre sus sepulcros o colocar sus reliquias debajo de los
altares… Porque, aunque todos los santos son llamados, con razón, testigos de
Cristo, sin embargo, el testimonio de la sangre tiene una fuerza especial que
sólo las reliquias de los mártires, colocadas bajo el altar, expresan en toda
su integridad.
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