Día
30 de abril, sábado: sexto día de novena al Santo Cristo de Ourense.
FLAGELACIÓN Y CORONACIÓN DE ESPINAS
En
el día sexto de esta novena al Santo Cristo de Ourense meditamos el pasaje de
Cristo siendo flagelado y coronado de espinas. No solo no creen sino que
pretenden destrozarlo. Golpes, humillaciones y burlas acondicionan la salida
con la cruz a cuestas camino del Calvario.
Cristo enseñaba como ningún maestro, curaba como ningún médico, profetizaba como nadie lo había hecho y hasta hacía milagros portentosos, pero seguía estorbando, querían quitárselo de en medio. Herodes lo había intentado al poco de nacer, pero ahora no hay escapatoria.
El salmo 32 nos invita a confiar en el Señor “que tu misericordia, Señor, venga sobre nosotros, como lo esperamos de ti”. Esa misericordia que la humanidad no ha tenido contigo Señor. Nadie te defendió entonces. Exigimos a los demás y al mismo Dios, lo que tantas veces nosotros somos incapaces de dar.
Como socorriste a los discípulos, en la oscuridad de la noche cerrada, con viento fuerte y olas encrespadas, saliendo a su encuentro, caminando sobre las aguas, para decirles: “Soy yo, no temáis”, danos así un corazón semejante al tuyo. Un corazón donde no hay cabida para venganzas, rencores ni ajustes de cuentas, un corazón de misericordia, que sepa erradicar las espinas de la indiferencia y te sirva como Rey de verdad. Así lo hizo María y así queremos hacerlo nosotros.
“Por tu pasión y muerte de cruz, bendito Cristo de Ourense, ampáranos en la vida y en la muerte”. Pidamos al Santo Cristo de Ourense por nuestras intenciones y por las intenciones de toda la Iglesia.
Momento de silencio
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