Fiesta de la
Presentación del Señor
«Según la ley mosaica, María y José llevan al niño Jesús
al templo de Jerusalén para ofrecerlo al Señor (cf. Lc.2, 22). Simeón y Ana,
inspirados por Dios, reconocen en aquel Niño al Mesías tan esperado. Las
palabras que en este encuentro afloran a los labios del anciano Simeón -«mis
ojos han visto a tu Salvador» (Lc.2, 30)- encuentran eco en el corazón de la
profetisa Ana. Estas personas justas y piadosas pueden contemplar en el niño
Jesús «el consuelo de Israel» (Lc.2, 25). Así, su espera se transforma en luz
que ilumina la historia» (papa Benedicto XVI).
Ahora, Señor, puedes dejar a tu siervo que se vaya en
paz, como habías prometido. Mis ojos han visto al Salvador actuando en mi vida,
llenándola de luz.(Misal Claret).
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