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martes, 23 de junio de 2020

Aniversario de la Dedicación de la S. I. Catedral


Aniversario de la Consagración

de la Catedral de Ourense:



El día del aniversario de la dedicación de la S. I. Catedral es el 23 de junio. Cuando se construye un templo, un edificio para congregar al pueblo de Dios y celebrar los sagrados misterios, debe dedicarse con una solemne celebración (1188: consagración del altar mayor). Puede dedicarse una iglesia en la que se celebran habitualmente los sagrados misterios si en éstas el altar no está aún dedicado o si se trata de un edificio que ha cambiado sustancialmente en su construcción material (por ejemplo, si la iglesia fue radicalmente restaurada), como sucedió en el año 1.498 en que se edificó el cimborrio de la Catedral; o como sucedió en el año 1.720 con la inclusión en el retablo mayor de los relicarios de san Facundo y san Primitivo, y de santa Eufemia y santa Marina; o como sucedió en el año 1966, con la remodelación del altar mayor, aplicando las reformas del Concilio Vaticano II. Cuando se dedica una iglesia, todo lo que se encuentra en ella (fuente bautismal, cruces, imágenes, campanas, estaciones del Vía Crucis, etc.) queda bendecido en la dedicación.

Oración de la dedicación de una iglesia

Oh Dios, santificador y guía de tu Iglesia, celebramos tu nombre con alabanzas jubilosas, porque en este día tu pueblo quiere dedicarte, para siempre, con rito solemne, esta casa de oración, en la cual te honra con amor, se instruye con tu palabra y se alimenta con tus sacramentos….

Te suplicamos, pues, Padre santo, que te dignes impregnar con santificación celestial esta iglesia y este altar, para que sean siempre lugar santo y una mesa siempre lista para el sacrificio de Cristo.

Que en este lugar el torrente de tu gracia lave las manchas de los hombres, para que tus hijos, Padre, muertos al pecado, renazcan a la vida nueva.

Que tus fieles, reunidos junto a este altar, celebren el memorial de la Pascua y se fortalezcan con la palabra y el cuerpo de Cristo.

Que resuene aquí la alabanza jubilosa que armoniza las voces de los ángeles y de los hombres, y que suba hasta ti la plegaria por la salvación del mundo.

Que los pobres encuentren aquí misericordia, los oprimidos alcancen la verdadera libertad, y todos los hombres sientan la dignidad de ser hijos tuyos, hasta que lleguen, gozosos, a la Jerusalén celestial.

Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo y es Dios, por los siglos de los siglos. Amén.


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