4º día de la novena.
Día 28 de abril, viernes
Una cosa pido al Señor, habitar en su
casa (Sal. 27).
"Padre, si es posible, pase de mi este cáliz" |
Comentario:
“Ellos,
pues, salieron del Sanedrín contentos de haber merecido aquel ultraje por el
Nombre. Ningún día dejaban de enseñar, en el templo y por las casas, anunciando
la buena noticia acerca del Mesías Jesús”. En este cuarto día se nos invita a
perseverar en el anuncio con el testimonio personal. La Palabra, Cristo, no
puede quedar encerrada, es necesario abrir las puertas, salir y hacer vida el
evangelio, transformar el mundo desde el Crucificado.
Benedicto XVI, Audiencia General, 2-V-12.
Queridos
hermanos y hermanas, el testimonio de san Esteban nos ofrece algunas
indicaciones para nuestra oración y para nuestra vida. Podemos preguntarnos:
¿De dónde sacó este primer mártir cristiano la fortaleza para afrontar a sus
perseguidores y llegar hasta el don de sí mismo? La respuesta es sencilla: de
su relación con Dios, de su comunión con Cristo, de su meditación sobre la historia
de la salvación, de ver la acción de Dios, que en Jesucristo llegó al culmen.
También nuestra oración debe alimentarse de la escucha de la Palabra de Dios,
en la comunión con Jesús y su Iglesia.
“Por tu pasión y muerte en cruz, bendito
Cristo de Ourense, ampáranos en la vida y en la muerte”. Pidamos al Santo
Cristo de Ourense por nuestras intenciones y por las intenciones de toda la
Iglesia.
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